Sendero Laguna la Calderona
(Ciénega - Boyacá)
Longitud: 2.895 metros.
Tiempo de recorrido: 3 horas
Dificultad: Media
Sendero Guiado
Tipo de sendero: Tipo 2
Puntos de Interés:
- La Laja
- La Torre
- Mirador de la Cara del Indio
- Cerro de San Vicente
- Mirador de los ojos de la Calderona
- Laguna la Calderona
El sendero interpretativo cuenta con un atractivo principal en torno a la apreciación del maravilloso ecosistema circundante con su exuberancia, su gran reserva hídrica y su biodiversidad; además por su ubicación y topografía permite tener una vista de imponentes panoramas mostrando los paisajes de las Provincias de Márquez y Lengupá, a lo que se suma que es un referente patrimonial para los pobladores, ya que era una ruta ancestral establecida para el traslado de productos agrícolas a mercados en pueblos vecinos. Su riqueza natural permite ser hábitat de numerosas especies de flora y fauna, como lo son el periquito aliamarillo, especies con requerimientos de hábitat exclusivos de páramo y bosque altoandino. El Sendero ofrece al visitante una experiencia de estimulación sensorial diversa en donde la interacción, hombre-naturaleza esta siempre acompañada de un alto sentido de respeto y sorpresa frente el imponente espejo de agua natural de la Laguna La Calderona y su bosque circundante, hogar de múltiples especies y lugar de adoración chibcha en épocas remotas.
- Llevar alimento y agua suficiente para el trayecto. Se recomiendan 2 lts. de agua diarios por persona.
- Calzado adecuado (cómodo y que sujete al tobillo) con medias de algodón que calcen justas, para evitar rozamientos y lastimaduras.
- Se recomienda pantalón largo o camisa manga larga, gorro protector, abrigo e impermeable, una mochila.
- Descansar 5 minutos cada hora.
- Mantener un ritmo constante y relajado de caminata, de acuerdo a las propias capacidades.
- No aislarse del grupo ni del guía y seguir responsablemente todas las indicaciones de seguridad y orientaciones que sean impartidas por el guía.
- Estar al tanto de las condiciones climáticas de la zona y precaver cualquier cambio brusco en el estado del tiempo.
- Poner atención a señales y características del terreno que puedan ser usadas como puntos de referencia.
- No consumir alcohol y sustancias alucinógenas.
- No arrojar basura. Si usted la trajo, usted se la lleva. Si encuentra basura y la puede recoger, mucha gente se lo agradecerá.
- No hacer fuego y está prohibido fumar.
- No recoger especímenes de flora y fauna, salvo permiso de investigación otorgado por la autoridad ambiental.
- No abrir nuevos caminos, (seguir las rutas definidas).
- No rayar, pintar o marcar piedras y árboles. Nadie necesita saber que usted estuvo allí.
- Procure no dejar huellas de su permanencia en un lugar. Esto permitirá a otros visitantes disfrutar la naturaleza intacta.




Según los estudios realizados por SIMA (1996) y Grucon (1996) registrados en el Atlas de Páramos de Colombia, para el páramo de Bijagual los inventarios realizados hasta el momento han encontrado 154 especies de dicotiledóneas, 7 de helechos, 5 de musgos, 7 de hepáticas y 9 de líquenes, con predominio de las familias Ericaceae, Orchidaceae, Asteraceae, Melastomataceae, Poaceae, Rosaceae y Polypodiaceae. Entre los nombres comunes de algunas especies de flora encontradas en el lugar tenemos, Sietecueros, Orquideas de diversas variedades, Junco, Chusque, Gaque, Fique, Arnica, Frailejon, Canelo, Arrayan,, Cordoncillo, Agraz, Quiches, Cardón, Aliso, Begonias, Chite, Uvita, Jarilla, Yarumo, Mano de oso, entre otras.
De acuerdo con los planes de manejo (Grucon, 1996 y SIMA, 1996), el páramo posee potencialmente una alta diversidad de especies aunque se han identificado muy pocas en trabajo de campo. Para Bijagual, se han registrado 38 especies de mamíferos y 62 de aves. Denntro de este numeroso grupo se pueden registrar los nombres comunes de algunas especies comunes como venado, danta, puercoespín, lapa, picure, borugo, armadillo, tigrillo, nutria de páramo, zorro, comadreja, fara, ardilla, curí, raton, runcho y murciélago; se encuentran además diversidad de aves como, Aguila negra, gavilán, búho, copetón, paloma torcaz, perdiz, pava de monte, polla de agua, golondrina, mirla, cucarachero, paramero, sirili, periquito aliamarillo, canario, paparote y curucuta entre otros; batracios de diferentes clases, salamandras y algunas serpientes en especial cazadoras.
Ciénega, como la gran mayoría de las poblaciones boyacenses tiene un pasado chibcha que es fundamento cultural de su desarrollo, fue tierra ancestral de dominio indígena y en sus lindes se establecieron los pueblos originarios que dedicaron su vida a la agricultura y la coexistencia armónica y ritual con la naturaleza, especialmente en áreas de páramo y bosque de montaña donde se entablaba una relación más espiritual con la naturaleza y sus inmensas riquezas, en especial la adoración de la diosa XIE= AGUA (de este vocablo deriva el nombre del Municipio), deidad del agua, abundante en este territorio y que los Chibchas del lugar consideraban y valoraban como fuente de vida, fertilidad y riqueza natural; estas prácticas fueron trascendiendo en la historia pese a la colonización y se plantaron en la idiosincrasia del pueblo cienegano y en el medio rural como modo de vida labrando las tradiciones de Ciénega y plasmando una fuerte huella de nexo vital con la tierra y la montaña que se constituye en el medio natural para el desarrollo de la cultura local; en el caso particular de la tradición oral, especialmente los mitos y las leyendas relacionados con el páramo de Bijagual y sus cuerpos de agua, cabe resaltar los siguientes relatos: LA LAGUNA CALDERONA: Un día de lluvia estaba Ramón Calderón en la orilla de la quebrada de las Delicias, cuando vio que subía un toro barroso y muy bonito. Ramón cogió un lazo y lo siguió con el propósito de enlazarlo, pero el toro escapó subiendo en forma rápida por la misma quebrada hasta llegar a una planada en medio de dos lomas. Ramón no desistía en su interés de poseer el toro. Como estaba echado se dirigió rápido a cogerlo, tiro el lazo con gran fuerza para cogerlo pero en ese momento el gran toro se convirtió en una inmensa laguna quedando el toro dentro de la misma. Ahora en esta laguna en época de luna nueva a media noche se forma una ciudad inmensa en la que sobresalen las torres de la iglesia cubiertas en oro, las cantineras con su gran cabellera amarilla y de ojos verdes y todos los objetos para la venta, también de color dorado. LOS PATOS ENCANTADOS: En la misma Laguna Calderona, cuentan que dos jóvenes encontraron dos patos, sin pensar los toman y cada uno lo acomoda en el canto de sus ruanas, los jóvenes se trasladan hacia el centro de la población, luego de haber caminado unos diez minutos en medio de rizas y conversas, miraron hacia atrás y vieron que la laguna iba persiguiéndolos. Miraron los patos que llevaban en sus ruanas y observaron que cada uno llevaba una serpiente en vez de un pato; sorprendidos gritaron y soltaron las serpientes y al momento el agua de la laguna volvió a su sitio. (Fuente: Tradición Oral de Ciénega, Plan de Desarrollo 2008-2011)
Mapa del Recorrido
Estaciones Interpretativas
La importancia de los páramos como ecosistemas vitales para mantener los ciclos del agua constituye una de las principales razones para su conocimiento y protección, en favor de la vida; aunado a esto es necesario fortalecer el cuidado de las especies naturales que habitan en estos lugares, siendo una de las principales el frailejón, planta protagónica en la retención del agua de las neblinas, su condensación y filtración del agua a la tierra, esta especie fue descrita botánicamente por el sabio español José Celestino Mutis, quien en el siglo XVIII la denominó Espeletia, en honor del virrey de la Nueva Granada José Manuel de Ezpeleta; el frailejón según la tradición popular tienen además de su función ecosistémica algunos usos medicinales. El cuidado de los páramos, el respeto por sus características biológicas y culturales, la protección de sus ecosistemas y recursos y en general las estrategias de sensibilización ambiental en torno a su importancia en el equilibrio ambiental son deberes de la sociedad; los páramos son laboratorios para el aprendizaje de la ciencia y a la vez son el refugio de las tradiciones ancestrales de respeto a la naturaleza; por tal razón la conservación de los recursos naturales y su uso racional, así como la apropiación social de su importancia como elemento patrimonial, facilitará su preservación y su existencia futura como fuente de vida.
“Los páramos y su ecosistema son fuente de vida, consérvalos, respétalos, protégelos, deja una huella verde en tu camino”
En la biogonía Muisca (concepción mítica del origen biológico) las lagunas son el vientre femenino fecundo, fuente en la que se gesta la vida en la tierra, particularmente encarnada en la deidad chibcha del agua, “Xie”, estos cuerpos hídricos son para la cultura aborigen “mox” o morada divina. En las que como espejo de agua refleja sus rayos “Sué” el dios Sol, y uno de los principales santuarios de adoración para esta cultura originaria. Si bien es cierto la laguna Calderona es un cuerpo de agua de origen glaciar, con miles de años de formación, también lo es que se ha constituido en el imaginario local como fuente de leyendas y mitos tanto indígenas como modernos; sea cual fuere su origen, su contenido místico, además de su innegable belleza natural la convierten en el principal atractivo focal de este recorrido que extasía los sentidos. Su importancia ecosistémica está dada por la multidiversidad de especies de fauna y flora que coexisten en su entorno natural propio del bosque nublado andino, destacándose variedades botánicas como el Gaque, el chusque, encenillos, gaita, uva camarona y diversas epífitas, helechos y orquídeas, así como gran cantidad de fauna especialmente roedores, aves y anfibios. Siguiendo este recorrido hacia el cerro de San Vicente se pueden divisar además de “La cara del indio” como capricho natural que nos recuerda nuestra cultura originaria; los “ojos de la Calderona”, humedales que son fuente de una impresionante biodiversidad y que alimentan el espejo de agua de la laguna Calderona.
“Si aprendes a valorar las riquezas como el agua, podrás enseñar a respetar tesoros como la vida”
Los caminos ancestrales, existen como recordatorio de tiempos inmemoriales, en su mayoría son legado material de la época prehispánica; muchos de los tramos y sendas que aún perduran fueron trazadas y construidas por los pueblos originarios de la cultura Chibcha, bien como rutas de intercambio comercial hacia el “mercado grande de Turmequé” para el trueque de tubérculos, maíz, sal, tabaco, algodón, fique, cerámicas, mantas, orfebrería y demás productos de la economía indígena; así como rutas de peregrinación hacia templos, necrópolis y lugares naturales sagrados como los páramos y las lagunas en donde se realizaban ofrendas y pagamentos a las deidades de la naturaleza a través de ritos de fertilidad. Caminos ancestrales como este, que constituían una red regional, facilitaron el poblamiento y colonización de estas territorios en la época de la conquista española, incluyendo lugares estratégicos de visualización geográfica como este que permitieron el dominio de los asentamientos que se encontraban emplazados en lo que hoy corresponde a las provincias de Márquez y Lengupá; dichas rutas fueron empleadas como medios de comunicación intermunicipales casi únicos hasta mediados del siglo XX.Los caminos ancestrales, existen como recordatorio de tiempos inmemoriales, en su mayoría son legado material de la época prehispánica; muchos de los tramos y sendas que aún perduran fueron trazadas y construidas por los pueblos originarios de la cultura Chibcha, bien como rutas de intercambio comercial hacia el “mercado grande de Turmequé” para el trueque de tubérculos, maíz, sal, tabaco, algodón, fique, cerámicas, mantas, orfebrería y demás productos de la economía indígena; así como rutas de peregrinación hacia templos, necrópolis y lugares naturales sagrados como los páramos y las lagunas en donde se realizaban ofrendas y pagamentos a las deidades de la naturaleza a través de ritos de fertilidad. Caminos ancestrales como este, que constituían una red regional, facilitaron el poblamiento y colonización de estas territorios en la época de la conquista española, incluyendo lugares estratégicos de visualización geográfica como este que permitieron el dominio de los asentamientos que se encontraban emplazados en lo que hoy corresponde a las provincias de Márquez y Lengupá; dichas rutas fueron empleadas como medios de comunicación intermunicipales casi únicos hasta mediados del siglo XX.
Es esta una visita para la reflexión de nuestro ancestro aborigen y de los procesos culturales posteriores que representan nuestra idiosincrasia y valores culturales.
¡El reconocimiento de nuestro patrimonio ancestral permite la preservación y la difusión de nuestros valores de identidad!
En la contemplación de los atractivos naturales el ser humano encuentra una conexión más fuerte con sus orígenes biológicos y naturales; el senderismo ecológico permite sensibilizar al ser humano sobre su deber de proteger y preservar los ecosistemas; el ecoturismo como herramienta de educación y sensibilización ambiental facilita espacios de reflexión en torno a los temas ambientales, el deleite sensorial y una relación racional más profunda entre el hombre y su entorno natural. Desde este punto se puede contemplar un panorama maravilloso, el contraste entre escarpadas rocas y montañas, bosques húmedos y áreas de páramo dan muestra de la inmensa diversidad natural; los ecosistemas y la biodiversidad que alberga el territorio son el soporte vital del planeta, el aire que respiramos, nuestro alimento y el agua que bebemos dependen de su existencia y equilibrio; los humedales son reserva y filtro del agua; la flora con sus diversas especies reducen el calentamiento global absorbiendo el gas carbónico, los microorganismos descomponen la materia orgánica y fertilizan el suelo para proveer alimento sano, las aves e insectos contribuyen notablemente a polinizar las flores que se transformaran en frutos para la subsistencia, en conclusión somos el final de la cadena, somos resultado de un ecosistema en armonía, estamos obligados a protegerlo para salvaguardar nuestra propia existencia.
“Los páramos y su ecosistema son fuente de vida, consérvalos, respétalos, protégelos, deja una huella verde en tu camino”