Reserva Natural Los Cristales
(Pachavita - Boyacá)Longitud: 4.514 metros
Tiempo de recorrido aprox: 4 Horas
Dificultad: Baja
Modalidad: Guiado
Tipo de Sendero: Recorrido circular
Capacidad de carga: 14 personas al día
Por sus condiciones topográficas y ubicación privilegiada cuenta con un área circundante de magnífico atractivo, ya que comprende ecosistemas de bosque andino y páramo que permite apreciar la biodiversidad de la montaña y a la vez disfrutar de vistas panorámicas de especial belleza dando oportunidad a los visitantes de valorar una parte del entorno natural y rural Valletenzano en todo su esplendor. En este recorrido además del contacto directo con el bosque, se pueden transitar rutas ancestrales que antaño fueron vías comerciales y caminos de intercambio cultural entre las poblaciones de Pachavita, Umbita, La Capilla y Tenza, territorios que en tiempos indígenas y coloniales poblaciones de Pachavita, Umbita, La Capilla y Tenza, territorios que en tiempos indígenas y coloniales fueron un solo espacio sociocultural. La magnificencia del paisaje, los atractivos naturales, los verdes eternos del ambiente rural y una fuerte carga de tradiciones hace de este sendero un atractivo lugar para visitar y aprender a respetar la naturaleza en su generosa ofrenda para los sentidos.
- Llevar alimento y agua suficiente para el trayecto. Se recomiendan 2 lts. de agua diarios por persona.
- Calzado adecuado (cómodo y que sujete al tobillo) con medias de algodón que calcen justas, para evitar rozamientos y lastimaduras.
- Se recomienda pantalón largo o camisa manga larga, gorro protector, abrigo e impermeable, una mochila.
- Descansar 5 minutos cada hora.
- Mantener un ritmo constante y relajado de caminata, de acuerdo a las propias capacidades.
- No aislarse del grupo ni del guía y seguir responsablemente todas las indicaciones de seguridad y orientaciones que sean impartidas por el guía.
- Estar al tanto de las condiciones climáticas de la zona y precaver cualquier cambio brusco en el estado del tiempo.
- Poner atención a señales y características del terreno que puedan ser usadas como puntos de referencia.
- No consumir alcohol y sustancias alucinógenas.
- No arrojar basura. Si usted la trajo, usted se la lleva. Si encuentra basura y la puede recoger, mucha gente se lo agradecerá.
- No hacer fuego y está prohibido fumar.
- No recoger especímenes de flora y fauna, salvo permiso de investigación otorgado por la autoridad ambiental.
- No abrir nuevos caminos, (seguir las rutas definidas).
- No rayar, pintar o marcar piedras y árboles. Nadie necesita saber que usted estuvo allí.
- Procure no dejar huellas de su permanencia en un lugar. Esto permitirá a otros visitantes disfrutar la naturaleza intacta.

Mapa del Recorrido
Estaciones Interpretativas
El mirador natural de las montañas permite apreciar la magnífica visual de un sector del exuberante Valle de Tenza, colinas imponentes, verdes praderas y extensos bosques como el del “siete cueros” árbol emblemático de ésta área como el del “siete cueros” árbol emblemático de ésta área aromas de montaña y llamativo color.
En este lugar se encuentra aún en pie el antiguo refugio de los arrieros y caminantes que bordeaban las montañas por ondulantes caminos ancestrales ya fuera para llevar mercancías fruto de la labranza, ya para mudar ganado a otras estancias o para desplazarse a las cabeceras de pueblos circundantes como Úmbita, La Capilla o Tenza que desde tiempos ancestrales han sido territorios hermanos; esta construcción elaborada en su mayoría en tapia pisada, fue edificada aproximadamente a finales del Siglo XIX y sirvió para resguardar a los transeúntes que recorrían el antiguo camino real en horas de la noche, fue también punto de encuentro, referente geográfico y símbolo de la fraternidad de los pueblos circundantes.
Este sector es la entrada a la Reserva ecológica del Parque Natural Municipal El Sinaí, declarado como tal por Acuerdo Municipal del año 2000. En esta grande y majestuosa reserva se encuentra un sendero ecológico, la Laguna del oso, humedales, palma de cera en pequeñas proporciones y un bosque alto montano además de emblemáticos lugares que fascinan por su biodiversidad.
“Transitar por senderos ancestrales es permitir al ser el reencuentro con su origen natural y cultural”
Los primeros pobladores de Pachavita pertenecían a la tribu Chibcha, específicamente Tenzucas que habitaban en sus territorios a la llegada de los españoles en 1537, tras la colonización se establecieron blancos y mestizos que se dedicaron a la agricultura y a la explotación y comercialización de la caña de azúcar. En el siglo XVIII los habitantes del lugar lograron erigir una parroquia propia en las tierras que para entonces eran jurisdicción de Tenza, al otro lado de las quebradas la Guaya y Aguaquiña, hoy municipio de Pachavita. Desde entonces se ha atesorado el legado ancestral y valorado el contenido tradicional de los caminos reales o de herradura, vías de comunicación terrestre entre poblados vecinos, encontrándose aún tramos de dichas sendas como testigos de la historia, por donde transitaron chibchas, colonizadores y patriotas; además de ser la ruta que utilizó Simón Bolívar en su acceso al Valle de Tenza.
El ecosistema de estas áreas se caracteriza por el bosque húmedo montano y su gran diversidad flora y fauna, a lo que se suma la riqueza hídrica fruto de la función ecosistémica de diversas especies botánicas que permiten almacenar este recurso en abundancia para ofrendarlo a la tierra como fuente de vida.
“Los bosques de montaña, santuario natural, refugio de la vida”
El Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) páramos de Cristales, Castillejo o Guachaneque se localiza sobre la cordillera Oriental, en el límite sur occidental del departamento de Boyacá con un área de 11.574 hectáreas, que comprende como factor de especial relevancia la protección del ecosistema de Páramo y la diversidad de especies de flora y fauna, destacando que en esta área tienen su nacimiento diversidad de fuentes hídricas que riegan los vastos territorios de este sector de Boyacá y el Municipio de Pachavita.
El área protegida se enmarca en alturas que van desde los 2.150 msnm en el área del páramo de Cristales sobre el nacimiento de la quebrada Divorcio en el municipio de Pachavita y cerca de la confluencia de los drenajes que dan origen a la quebrada La Colorada en el municipio de La Capilla, hasta 3.450 m.s.n.m. en la cuchilla La Buitrera en el páramo de Guachane que, en jurisdicción del municipio de Úmbita. El ecosistemas de páramo permite la captura e infiltración del agua superficial facilitando una constante recarga de acuíferos y el mantenimiento de niveles freáticos altos durante gran parte del año.
Los ecosistemas y la biodiversidad que albergan son el soporte vital del planeta, el aire que respiramos, nuestro alimento y el agua que bebemos dependen de su existencia y equilibrio; los humedales son reserva y filtro del agua; la flora con sus diversas especies reducen el calentamiento global absorbiendo el gas carbónico (CO2), los microorganismos descomponen la materia orgánica y fertilizan el suelo para proveer alimento sano, las aves e insectos contribuyen notablemente a polinizar las flores que se transformaran en frutos para la subsistencia, en conclusión somos el final de la cadena, somos resultado de un ecosistema en armonía, estamos obligados a protegerlo para salvaguardar nuestra propia existencia.
“Enseñar a cuidar los ecosistemas, es enseñar a valorar la vida”.
La denominación de este lugar se deriva de leyendas incrusta das en el imaginario local como fruto de tradición oral en relación con el grandioso espectáculo natural que ofrecían la multitud de osos andinos que mucho tiempo atrás visitaban la laguna que aquí existía. Contaban los abuelos que en épocas determinadas del año la presencia de estos animales era realmente numerosa, familias enteras con individuos de diversas edades rodeaban el cuerpo de agua y jugueteaban entre sí en una conmovedora escena natural que se constituyó en referente tradicional de la relación naturaleza, fauna, hombre. Los orígenes de la laguna hoy desaparecida se remontan según otras versiones a tiempos prehistóricos, algunos relatos hablan de que el espacio posteriormente inundado natural mente fue fruto de la caída de un meteorito cuyo impacto dejó un inmenso cráter que sirvió de reservorio hídrico de la gran cantidad de agua que almacenaban los densos colchones de musgo que tapizaban el suelo del lugar en aquellos días remotos, otras fuentes orales nos hablan de la energía vital de este lugar y la importancia que revestía para los habitantes originarios del territorio en tiempos prehispánicos quienes abrieron camino para acceder a la laguna con el fin hacer sus ofrendas a la fertilidad y constituir el entorno en santuario natural propicio para la adoración a las deidades supremas de su cosmogonía.
Las lagunas, de importancia biológica y cultural de los pueblos, son estos espacios naturales de infinita riqueza que influyeron en la vida humana desde etapas primitivas de su existencia como determinantes para el aprovechamiento de los recursos, lugar de adoración y encuentro espiritual, rutas de tránsito y comercio y escenario de sucesos reales o imaginarios que construyeron una memoria mítica e histórica.
“La montaña y sus elementos son fuente vital de nuestra existencia humana, es nuestro deber proteger su equilibrio natural como símbolo de gratitud”
Los bosques Andinos son vitales porque regulan el clima y el suministro de agua, previenen las inundaciones y disminuyen las sequías, reducen los efectos de los gases de efecto invernadero y mantienen los hábitats que permiten la permanencia a largo plazo de la biodiversidad.
Estos ecosistemas son ambiente propicio para que multitud de especies de flora y fauna convivan en armonía. Aquí habita la tingua moteada (Gallinula melanops) una especie catalogada como en peligro crítico; el cucarachero (Cistothorus apolinari), alondra cornuda (Eremophila alpestris) y polla de agua (Rallus semiplumbeus) en peligro, colibrí cobrizo (Eriocnemis cupreoventris) casi amenazado y el periquito aliamarillo (Pyrrhura calliptera) vulnerable; a su vez se puede destacar en la botánica el encenillo (Weinmannia tomentosa), cucharo (Myrsine guianensis), granizo (Hedyosmum bonplandianum), ocobo (Otoba acuminata), mangle de tierra fría (Escallonia pendula), amarillo (Nectandra reticulata), palo colorado (Drimys granadensis), gaque (Clusia grandiflora) y el sietecueros (Tibouchina lepidota), este último conocido como canelo o flor de mayo, ya quenormalmente va de color magenta a violeta y posee una corteza externa de color rojizo que se desprende en capas o escamas (de allí proviene el nombre sietecueros).
Debe reflexionarse sobre la necesidad urgente de fortalecer la conciencia ambiental y reducir las amenazas de origen antrópico que se evidencian en algunas áreas del páramo de Cristales, principalmente en lo relacionado con ganadería en áreas de protección de rondas hídricas, la inadecuada disposición de residuos sólidos domésticos, el uso indiscriminado de agroquímicos y la mala disposición final de los residuos de los mismos, desprotección de las zonas de recarga de acuíferos, acelerada ampliación de frontera agrícola y potrerización hacia las áreas de páramo y actividades agropecuarias sobre suelo cuya vocación es de protección no de producción; es así como recaen en nosotros, habitantes y visitantes la responsabilidad principal de cuidar estos ecosistemas.
“Enseñar a cuidar los ecosistemas, es enseñar a valorar la vida”
Guías y Prestadores de Servicio